Tengo muchas cosas que agradecer en esta vida, pero sin duda alguna los años compartidos con “Ruma” han sido un regalo y una experiencia inigualable en todos los sentidos. Era una persona especial, no dejaba entrar a cualquiera en su vida, pero eso sí, una vez que lo hacía era para siempre. Se fue rápido, discretamente y a su manera como lo hizo todo siempre. Nos dejó el día de su cumpleaños para obligarnos a celebrarlo y lo hicimos dónde y cómo él quería.

No tengo palabras suficientes para agradecer las muestras de cariño de los que le conocíais bien y sobre todo de sus compañeros de profesión. Él fue generoso con vosotros, pero vosotros no lo habéis sido menos con él. Muchas gracias a todos por vuestras palabras y escritos que nos ayudan mucho a entender quién era y lo mucho que le vamos a echar en falta.

No puedo dejar de dar las gracias a todo el personal del Hospital de Formentera por ayudarnos durante la enfermedad y sobre todo por permitirnos despedirle con la mayor dignidad y respeto posibles. Nos facilitaron el camino y nos hicieron sentir como en casa, ya que no podía ser de otra manera.

En Formentera encontró refugio y paz. Fue inmensamente feliz disfrutando de la gente, la luz, el mar, la tranquilidad y sobre todo de su singularidad. Ese algo difícil y diferente que tiene la isla, que al igual que en él, atrae a la gente y la desarma.

Gracias infinitas,
Marta Uriarte Ituiño
Viuda de Guillermo Romaní Blancafort